Chocolate

 Pienso en tí y respiro. No de la misma forma ni el mismo aire que el resto de la gente. Al pensarte respiro un aire espeso, rico, como chocolate obscuro derretido; respiro un aire que pasa un dedo por mi nuca y me hace correr rápido la sangre, un aire que besa mis cicatrices, que me sostiene entre tus manos y me tiende sobre unos brazos tuyos que imagino... Pienso en ti y respiro chocolate.


Y si cierro los ojos me imagino desvistiéndome para ti, y acercando mi piel a tu boca, colándome entre tus dedos, inhalando cerquita de tu cuello, perdiendo el aire en tus brazos.

Respiro y pienso en tí, pienso en tí y respiro... y es un círculo virtuoso.

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