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Mostrando entradas de noviembre, 2022

Diana capítulo 8 (El árbol)

La profunda raíz (como una entraña) rompía la tierra y el concreto, alargaba sus puntas hacia el fondo abismal y hacia la noche luminosa, crecía desordenadamente. Nunca antes ví una raíz como esa, parecía estar luchando contra toda convención arbórea. Más que la raíz de un árbol aquello era su centro, era el árbol mismo, era su extensión infinita. Diana se preguntó cómo era posible la existencia de un ser a la vez tan monstruoso y tan perfecto, pues aún ante la aparente deformidad, su esencia era la de la creación absoluta, quizá él era el único testigo del principio de los tiempos.

Chocolate

  Pienso en tí y respiro. No de la misma forma ni el mismo aire que el resto de la gente. Al pensarte respiro un aire espeso, rico, como chocolate obscuro derretido; respiro un aire que pasa un dedo por mi nuca y me hace correr rápido la sangre, un aire que besa mis cicatrices, que me sostiene entre tus manos y me tiende sobre unos brazos tuyos que imagino... Pienso en ti y respiro chocolate. Y si cierro los ojos me imagino desvistiéndome para ti, y acercando mi piel a tu boca, colándome entre tus dedos, inhalando cerquita de tu cuello, perdiendo el aire en tus brazos. Respiro y pienso en tí, pienso en tí y respiro... y es un círculo virtuoso.