Voto de silencio



Decidí callarme, callarme la voluntad y callarme el rostro. Decidí dejar de pronunciar el peligro, la sangre fresca, las grietas que me abrieron el alma con el filo de la prontitud entre sus cuerpos . Preferí beber el agua como si no estuviera turbia, preferí andar descalza como si el suelo no estuviera en llamas. Até listones rojos, encendí velas, me hundí en el suelo y guardé silencio, no hablé de traición, cerré los ojos, sostuve mi rostro sin dejar que se descompusiera mi sonrisa. Encendí la hoguera con un beso en su hombro. Hincada, callé el dolor en mis rodillas que era ahora un presentimiento, y el presentimiento un hueso roto, una herida, un lienzo en blanco, recién manchado de sacrificio.
Tomé las cuentas entre mis manos. Sin pronunciarlo: te pido que me protejas, que me encuentres lo que busco, que no me lo quites...
creo que me escuchó y quedé ciega
mi ofrenda fue el silencio: música, al fin y al cabo.

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